¡La vida es dulce y mágica,
la vida es bella!
A todos en algún momento nos ha tocado detenernos a
reflexionar sobre nuestro trajinar y en nuestra meditación tratamos de encontrar
sentido a lo que hacemos, buscamos descifrar el significado de estar vivo y la
misión que nos corresponde cumplir como seres evolucionados, es ahí donde se
empiezan a generar las preguntas que nuestro Dios interno nos hace a diario; él
nos invita a romper con los miedos, a conectarnos frente a frente con nuestro
ser, a vivir cada día intensamente, y nos reclama e incita a despertar del
letargo en el que a veces vivimos sumidos.
La sociedad con sus múltiples tentáculos, nos agobia y nos esclaviza, las personas manipuladas por ese mismo sistema social, se van formando estructuras mentales que no favorecen su progreso espiritual y continúan el mismo patrón. Son diversos los factores que hacen al ser humano cada día mas infeliz, más inseguro, preso de sus miedos y rutinas, al punto de olvidarse de vivir y sólo limitarse a existir.
Me rebelo y los exhorto a hacer lo mismo, hagan crecer la magia en sus vidas, con determinación e inspiración, nada que nazca del corazón nos defraudará, no importa lo que decidan emprender, sea lo que sea, si eso los hace feliz, por allí es el camino. Justo de esas palabras me abracé para empezar a hacer realidad mi sueño, me gusta conocer el mundo y sus increíbles lugares, y es lo que hago sin inventarme excusas, sin dejar que las circunstancias me detengan y cuando el miedo me invade, le doy la espalda y camino viendo el horizonte que me llama y me extiende sus brazos para acurrucarme y decirme, te amo, aquí tengo un lugar para ti.
Son múltiples los momentos que vamos atesorando, sin importar que sea local, nacional e internacional, toda aventura es energizadora, emocionante, aleccionadora y nos llena de expectativa y felicidad; durante los recorridos aprendemos a compartir, crecemos como ciudadanos y aumentan las posibilidades de sentirnos plenos, pues nuestra autoestima y amor propio se va nutriendo y empezamos a creer en nosotros y en nuestra capacidad de logro. Asimismo, se va abultando el patrimonio de conocimientos, habilidades y destrezas; la mente, el cuerpo y el espíritu están preparándose para responder a las demandas que exige el reto en el que está comprometido nuestro bienestar.
Son múltiples los momentos que vamos atesorando, sin importar que sea local, nacional e internacional, toda aventura es energizadora, emocionante, aleccionadora y nos llena de expectativa y felicidad; durante los recorridos aprendemos a compartir, crecemos como ciudadanos y aumentan las posibilidades de sentirnos plenos, pues nuestra autoestima y amor propio se va nutriendo y empezamos a creer en nosotros y en nuestra capacidad de logro. Asimismo, se va abultando el patrimonio de conocimientos, habilidades y destrezas; la mente, el cuerpo y el espíritu están preparándose para responder a las demandas que exige el reto en el que está comprometido nuestro bienestar.
La magia se desborda cuando somos testigos de la magnificencia de nuestra esencia, que se manifiesta en el amor que recogemos y esparcimos por doquier. Otro de los atractivos de ser viajeros es el constante contacto con personas, con rutas, con nuevos paisajes y una de las cosas preferidas por mi, la gastronomía típica de cada pueblo, ciudad o país, en su cocina está el secreto de su historia, por ello, indago mucho en sus sabores y gustos culinarios.
Todo viajero o mochilero requiere de dinero para sus gastos, en el camino a nuestro destino podemos ir produciendo, echando mano de nuestro talento y creatividad. En la próxima entradas explicaré con detalles cada uno de los tesoros que vamos acumulando y la forma de activar cada posibilidad de las arriba mencionadas, nada es imposible cuando sabemos atraer lo que deseamos y necesitamos, he allí la magia de ser viajero.
Cuando regresas de un viaje ya tu vida no es la misma, por corto que sea, siempre nos marcará pues experimentamos la savia de la vida en cada sonrisa, en cada saludo, en cada bocado, en cada ruta, en cada nuevo aire, o clima que conocemos y lo mas importante, quizás, es que dejamos un poco de nosotros en cada espacio que pisamos, nuestras huella siempre estará presente por donde pasemos, es nuestro deber cuidar que sea sublime.
En conclusión, viajar te colma de buena vida y te hace mas sensible al entorno, tu frecuencia vibracional aumenta al mantenerte en contacto con lo mejor que tiene el universo para ti, el amor en sus múltiples e infinitas manifestaciones, entonces, qué esperas, atrévete y haz de tu vida, tu sueño. Namasté.
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2 comentarios:
Me siento completamente identificada contigo ;) que siga el viaje ;)
Excelente!! Bienvenida y gracias por tu tiempo. Me complace haber aportado algo con mis palabras. Un abrazo fraterno, te espero por aquí con los brazos abiertos.
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