La Gratitud es humildad y amor, no tiene que existir una gran razón para sentirnos especialmente agradecidos.
La Gratitud es consecuencia de valorar las “pequeñas” cosas que tenemos o disfrutamos, como el aire, el agua, la sonrisa de alguien, los alimentos, la luz, la naturaleza, la familia, el hogar, el trabajo, las personas que hacen más fácil nuestras faenas, los animales, los libros, el internet.
Podría llenar incontables hojas de motivos para agradecer, clasificarlos y escribir un libro, pero no es nuestro objetivo por ahorita; lo que me gustaría es que se dieran cuenta que tenemos causas de sobras para vivir en gratitud y que estar en ese estado es tan poderoso que podrías cambiar la percepción de lo que va sucediendo y ser el precursor de tu felicidad y bienestar.
Recordar lo que nos ha pasado, duele, porque el pasado deja huellas y no hay que fantasear con que podremos olvidarlo, o que nuestras heridas se borraran y jamás volveremos a saber de ellas, es cierto que podremos curarnos, como se cura cualquier herida física, pero la huella permanecerá por siempre, lo que no debe perdurar es el dolor, ni mantener la herida abierta.
Cuando se es agradecido, se es consciente que las heridas son una fuente de aprendizaje, que gracias a ellas hemos madurado y entendido que ellas vienen a dejarnos alguna lección de vida y con humildad debes agradecerlas.
Todo lo que he vivido lo agradezco con mi alma, porque gracias a estas experiencias me he convertido en una mejor persona, he aprendido a amar y he hecho de mi tragedia una catapulta a mi éxito.
La gratitud y el amor son una dupla inseparable, la gratitud se nutre del amor, una persona agradecida es alguien que siente en su ser la magia del amor puro, no condicionado a nada ni por nada o nadie; por su parte el amor es un torrente de gratitud sellado en cada paso que da.
Una
persona amorosa es un ser agradecido por todo y por nada, es decir, en todo lo
tangible ve un motivo para agradecer y por nada, en las pequeñas cosas ve algo
que agradecer, al reconocer los milagros de la vida en cada acción, presencia o
manifestación por insignificante que parezca.
Existen muchas formas de amar, pero el amor en sí es uno solo. Hay amor en cada rincón, en cada ser, en cada sentir, hay amor en el subconsciente, en el inconsciente y en el consciente, en la naturaleza, el universo entero es una gran bola de posibilidades, que registra innumerables formas de amar. No te desconectes de tu esencia para ser un intrascendente número, vigila tus pasos y tendrás una vida digna, feliz, útil y con significado. Dejemos llena nuestra maleta física y espiritual.
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